“Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud.”
(Malaquías 4:2)
Días atrás hubo una lluvia intensa con tormenta eléctrica con fuerte viento, ayer ya pasaba un poco, pero continuaba un día inestable y nuboso.
Esta madrugada mire por mi ventana, aún estaba oscuro, me levanté y fui a hacer mi caminata diaria junto a mi esposo, nos tomamos de la mano en medio de una intensa neblina que cubría la ciudad, el camino aún permanecía mojado y resbaloso a causa de la lluvia y ahora sumaba la intensa neblina que a un par de metros no podía distinguir que había delante de mis ojos, a pesar del panorama nada nos impidió avanzar para lograr nuestro objetivo y cumplir nuestra meta. Han pasado unas horas, el sol poco a poco fue disipando la neblina y se ha enseñoreado completamente del día, ya siento el calor y puedo disfrutar de una mañana hermosa con un refrescante tereré.(bebida tradicional Paraguaya)
Hay días que parecen oscuros, llenos de problemas y preocupaciones, de tristezas y dolor, de desesperanza y desolación, días intensos como la lluvia de aquella tormenta, días tan densos que envuelven la mente y espíritu como la neblina de aquella madrugada que no deja ver todo lo que esta frente a nuestros ojos, solo vemos un panorama incierto e inseguro, nos envuelve el temor, parece que no podemos avanzar, que estamos solos y no podemos salir de tal o cual situación. El camino se pone difícil, necesitamos ayuda, no podemos hacerlo todo solos, precisamos que alguien nos ayude.
No para siempre durará la tormenta de los problemas, ni la densa neblina de la duda y el temor, porque será disipada por Sol de Justicia que vendrá sobre nosotros trayendo paz, seguridad y salvación.
La mano de Dios siempre está extendida hacia quien precisa y clama por su ayuda, extiende tus manos al cielo y clama a Él, si resbalamos o caemos la mano de Dios nos levantará, si perdemos el rumbo su Espíritu Santo nos guiará por el camino correcto.
Descansar y confiar en Dios es nuestra mejor opción, los que temen su nombre, recibirán salvación, los hará llegar a la meta victoriosos, para disfrutar la luz de su presencia, del calor de su amor y su eterno poder.
Pra. Mónica Polanco
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