Le dije al Señor: «¡Tú eres mi dueño! Todo lo bueno que tengo proviene de ti».Salmos 16:2 NTV
Cuando reconocemos a Dios como nuestro Señor y somos agradecidos de todo lo que recibimos, estaremos alegrando su corazón.
Él quiere oír nuestra gratitud aun cuando las cosas vayan mal, solo debemos creer y confiar que Dios tiene todo bajo control.
Procuremos que nuestro corazón sea humilde y sencillo para agradecer, Él nos dará la fuerza que necesitamos para seguir confiando y obedecerlo.
Existe gente ingrata que solo quiere recibir, no agradece y pronto se olvida de Dios.
Mientras seamos agradecidos y reconozcamos que todo viene de Él, su bendición siempre nos seguirá donde quiera que vamos.
Dile ahora mismo: Padre... gracias por todo lo recibido hasta hoy, reconozco tu bondad...
«Tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada»
Pra. Mónica Polanco
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